En los últimos años, ha habido un avance significativo en la comprensión de la interacción entre el cáncer y el sistema nervioso. La investigación realizada por científicos de Stanford Medicine ha revelado que los tumores no solo se conectan al sistema de vasos sanguíneos del cuerpo, sino que también pueden infiltrarse y explotar su "comunicación" para impulsar su crecimiento. Este descubrimiento revolucionario abre las puertas a un campo innovador en la medicina, conocido como la neurociencia del cáncer.
Los Tumores Cerebrales y su Relación con el Sistema Nervioso
Los científicos han descubierto que ciertos tipos de cáncer cerebral establecen conexiones eléctricas funcionales con los nervios cercanos, aprovechando las señales eléctricas de los nervios para sus propios fines. De hecho, se ha demostrado que estas conexiones neuronales permiten que aproximadamente la mitad de las células de glioma en un tumor determinado tengan algún tipo de respuesta eléctrica a las señales de neuronas sanas. Además, se ha observado que las células tumorales no solo se conectan, sino que también responden dinámicamente a las señales de entrada de las células cerebrales sanas, lo que impulsa su crecimiento maligno.
El Papel de Factores Neuroactivos en el Crecimiento Tumoral
Un hallazgo destacado ha sido el papel del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés) en el crecimiento de tumores. Se ha descubierto que el BDNF viaja desde las neuronas hasta las células tumorales, desencadenando una reacción en cadena que finalmente ayuda al tumor a formar más y más fuertes sinapsis. El estudio detallado de este proceso ha revelado que la actividad eléctrica que impulsa el crecimiento del cáncer es similar a la actividad que sustenta nuestras capacidades cognitivas y sensoriales.
Implicaciones Terapéuticas y Futuras Perspectivas
Estos descubrimientos abren un abanico de posibilidades para el tratamiento del cáncer. Se ha demostrado que medicamentos destinados al receptor de BDNF, inicialmente desarrollados para otras formas de cáncer, pueden ralentizar sorprendentemente el crecimiento de ciertos gliomas, incluido el glioma pontino intrínseco difuso (DIPG). Además, otros medicamentos como ciertos analgésicos, medicamentos anticonvulsivos y medicamentos para la presión arterial también muestran potencial como agentes antitumorales.
En última instancia, el campo de la neurociencia del cáncer está proporcionando pistas cruciales sobre cómo abordar no solo los tumores cerebrales, sino también otros tipos de tumores que interactúan con el sistema nervioso. La comprensión detallada de cómo los tumores aprovechan las señales nerviosas brinda oportunidades sin precedentes para desarrollar terapias más específicas y efectivas, con el potencial de mejorar significativamente la tasa de supervivencia en pacientes con cáncer.
